COP15 Acuerdo Global sobre Biodiversidad

El reciente acuerdo sobre biodiversidad mundial está lleno de buenas intenciones. Pero necesita un fuerte apoyo gubernamental y mucho más dinero.
Destrucción de la biodiversidad
Destrucción de la biodiversidad | Ernesto Benavides/AFP via Getty Images

La reunión COP15 celebrada en Montreal (Canadá) concluyó el 19 de diciembre de 2023 con un acuerdo sobre un nuevo marco mundial para la biodiversidad. El acuerdo incluye objetivos para:

  • gestionar la tierra,
  • compartir recursos y compartir beneficios (incluida la información genética),
  • producción sostenible de alimentos,
  • transparencia por parte de las empresas,
  • eliminar las subvenciones perjudiciales, y
  • la provisión de financiación.

Aunque se trata de un gran paso adelante, hay pocas probabilidades de que la acción sobre estos objetivos sea más eficaz que la acción mundial sobre el cambio climático.

Vínculos entre biodiversidad y cambio climático

Existen dos vínculos principales entre la biodiversidad y el cambio climático. La primera es que las prácticas agrícolas modernas son responsables de la mayor parte de la pérdida de biodiversidad y también contribuyen en gran medida al cambio climático. Esto se debe en gran medida al uso intensivo de fertilizantes nitrogenados.

El segundo vínculo es que la pérdida de biodiversidad implica la reducción de la resistencia al cambio climático. Por ejemplo, los corrimientos de tierra y las inundaciones provocadas por lluvias torrenciales se ven agravados con frecuencia por la eliminación de la vegetación de las laderas y las cuencas fluviales.

¿Qué es la biodiversidad?

El término «biodiversidad» hace referencia a la enorme variedad de la vida en la Tierra: bacterias, plantas, animales y seres humanos. Los científicos calculan que existen más de 8 millones de especies de plantas y animales. Estas especies interactúan entre sí para sobrevivir en los ecosistemas, redes de organismos vivos interdependientes.

La biodiversidad mundial se refiere a todos los seres vivos del planeta. Pero el término biodiversidad también se utiliza para referirse a las especies de determinadas regiones o ecosistemas.

¿Cuál es el problema?

La civilización moderna está reduciendo las poblaciones de todos los seres vivos a un ritmo acelerado. En los últimos 50 años, el número de animales salvajes se ha reducido en un 69%. La recuperación total tardaría millones de años. Según la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), la humanidad ha alterado aproximadamente el 77% de la tierra y el 87% de los océanos.

Millones de especies se enfrentan a la extinción en lo que a veces se denomina la sexta extinción masiva de la Tierra.

La agricultura es responsable de la mayor parte de los daños causados a nuestra biodiversidad. A medida que aumenta la demanda mundial de alimentos y baja su precio, cada vez más tierras naturales se destinan a cultivos y pastos. El uso creciente de fertilizantes y pesticidas también tiene un impacto directo en los ecosistemas circundantes. Por ejemplo, el uso intensivo de nitrógeno en los fertilizantes hace que éste penetre en las aguas superficiales y subterráneas, acabando con la vegetación natural.

La agricultura intensiva también está degradando el suelo, reduciendo su capacidad para sustentar cultivos alimentarios.

¿Por qué es tan importante la biodiversidad?

Para los ecosocialistas, la naturaleza es algo que hay que respetar y la biodiversidad es un tesoro que hay que preservar. Por supuesto, la sociedad humana necesita tierra para cobijarse y alimentarse. La transformación de algunos espacios naturales es inevitable. Pero con un enfoque radicalmente distinto del desarrollo humano será posible recuperar gran parte de lo perdido. Con una planificación consciente en lugar de la búsqueda ciega del beneficio, no hay razón para que la humanidad no pueda coexistir con la naturaleza.

Pero la pérdida de biodiversidad también supone una amenaza para la capacidad de la Tierra de sustentar el bienestar de la humanidad. El aire que respiramos y los alimentos que comemos dependen de la salud de estos ecosistemas.

Plaguicidas y abejas

Una consecuencia bien conocida de los cambios en la tierra y el uso de pesticidas es la disminución de las poblaciones de abejas. Las abejas son vitales para la polinización y reproducción de muchas plantas y cultivos, y su disminución es una advertencia de que las prácticas agrícolas actuales no son sostenibles.

La pérdida de biodiversidad reduce el rendimiento de los cultivos y las capturas pesqueras. Las propias empresas e instituciones financieras empiezan a preocuparse por el impacto en los beneficios futuros y el crecimiento económico.

Inevitablemente, serán los más pobres de la tierra los que más sufran. Cuando la biodiversidad regional se colapse, los ecosistemas locales no podrán sustentar la vida humana y millones de personas se verán desplazadas.

No hay una medida acordada sobre cuándo la biodiversidad no podrá recuperarse de los daños causados. En 2009, el Centro de Resiliencia de Estocolmo concluyó que la ciencia era «incapaz de proporcionar una medida límite que capte, a nivel agregado, el papel regulador de la biodiversidad». Pero lo que es seguro es que el mundo avanza con paso firme hacia el colapso global de la biodiversidad.

¿Qué ha hecho el mundo en materia de biodiversidad?

Los esfuerzos mundiales para hacer frente al agravamiento de la crisis de la biodiversidad se centran en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que entró en vigor en 1993. El acuerdo incluye ecosistemas, especies, material genético y tecnología, bioseguridad y reparto de beneficios.

Vergonzosamente, Estados Unidos es el único miembro de las Naciones Unidas que no ha ratificado el acuerdo.

Sin duda, parte de la razón de estos 20 años de logros mínimos ha sido la incapacidad de los políticos para apreciar la importancia de la biodiversidad. Sólo en los últimos años, cuando la atención popular se ha centrado en las especies amenazadas y la disminución de los bosques tropicales, los líderes mundiales han abordado el problema con cierta urgencia.

Protestas de agricultores en los Países Bajos

El efecto sobre los costes de producción de alimentos y el impacto sobre las prácticas agrícolas son razones de peso para la lentitud de los avances. Las protestas de los agricultores en los Países Bajos ilustran bien la difícil política de las transiciones rápidas. Las protestas se referían a las medidas para limitar la cantidad de nitratos aplicados al suelo, incluida la compra de explotaciones para reducir la superficie total dedicada a la agricultura. El gobierno neerlandés se ha mantenido firme en su política, y los derechistas se han subido al carro antigubernamental, recabando el apoyo de muchos agricultores.

Este conflicto demuestra lo difícil que puede resultar una transición rápida de un sistema agrícola de alta intensidad y elevados insumos a otro más sostenible, y por qué los poderosos departamentos agrícolas gubernamentales han hecho poco por apoyar la protección de la biodiversidad.

También ha habido conflictos en torno al intercambio de información genética, a menudo fuente de enormes beneficios para las empresas privadas. Los países ricos se han resistido a las peticiones de reparto de los países que no disponen de la tecnología necesaria para investigar la genética.

Otro gran escollo ha sido la financiación. El eventual acuerdo se refiere a una suma de 200.000 millones de dólares anuales, pero sólo 20.000 millones procedentes de los gobiernos del «norte» global, que aumentarán a 30.000 millones a partir de 2030. La UE defendió que la mayor parte de la financiación procediera del sector privado. Los países africanos, en particular, expresaron a gritos su decepción por esta evasiva.

Soluciones a la crisis de la biodiversidad

La protección y restauración efectivas de la biodiversidad sólo pueden tener lugar si se invierten billones de dólares en los lugares adecuados. La negativa de los países ricos a facilitar más fondos es una parodia. Son el capitalismo y el consumo de alimentos cultivados en todo el mundo los responsables de la creciente crisis. Los costes deben sufragarse equitativamente.

Pero el dinero, aunque esencial, no es suficiente. En los Países Bajos, las políticas gubernamentales de compra de explotaciones a precios de mercado no fueron suficientes para los agricultores. Creían que se les estaba señalando injustamente en la lucha contra el cambio climático, ya que los poderosos intereses de los combustibles fósiles sólo se libraban de restricciones menores.

Los gobiernos deben demostrar que están dispuestos a enfrentarse a los ricos y poderosos. También deben planificar cómo alcanzar los objetivos junto con los más afectados.