El objetivo de los políticos en la COP27 es maquillar de verde las acciones de sus gobiernos y destinar el menor número posible de fondos a la crisis climática.
Los desacuerdos entre los líderes mundiales en la COP27 sobre pérdidas y daños están acaparando los titulares. Son un indicio más de que el proceso de cambio climático de la COP no es adecuado para su propósito.
Greta Thunberg decidió boicotear la COP27, alegando que se estaba utilizando para el lavado verde y que se estaba excluyendo a los activistas. En las reuniones de la COP, los políticos se esfuerzan por aparecer en los titulares y destinar la menor cantidad posible de fondos a la crisis climática.
La presencia de grandes empresas de combustibles fósiles en la COP27 es un escándalo. Se benefician de los estrechos vínculos entre los gobiernos y sus «propias» industrias de combustibles fósiles. Es una muestra más de la negativa de los dirigentes a alejarse de las «soluciones» de mercado a la crisis climática. Las empresas dicen al mundo lo ecológicas que son, mientras en privado presionan para que se sigan utilizando combustibles fósiles.
Desinterés por el calentamiento global
Los líderes se centran en evitar que otros países obtengan alguna ventaja. Su principal preocupación parece ser minimizar el gasto en sus propios países. Esto significa que los países con menos interés en que se produzca un verdadero movimiento contra el calentamiento global siempre tienen la capacidad de impedir los grandes cambios que el mundo necesita.
Esto es especialmente perjudicial para las decisiones de los dos mayores emisores del mundo, China y Estados Unidos. Su rivalidad económica es un obstáculo importante.
Es obvio que los países pobres necesitan ayuda financiera, y también obvio que no pueden pagarla. Sin embargo, los países ricos siguen negándose a ofrecer una cantidad cercana a la que se necesita para financiar las pérdidas y daños del pasado, la adaptación futura a los cambios climáticos y la mitigación de las emisiones.
Y el apoyo a la expansión del gas natural como fuente de energía se debe en gran medida a la falta de voluntad de los gobiernos para invertir en energías renovables en casa.
Lavado verde en la COP27
Los desacuerdos entre los líderes mundiales en la COP27 sobre pérdidas y daños están acaparando los titulares. Son un indicio más de que el proceso de cambio climático de la COP no es adecuado para su propósito.
Greta Thunberg decidió boicotear la COP27, alegando que se estaba utilizando para el lavado verde y que se estaba excluyendo a los activistas. En las reuniones de la COP, los políticos se esfuerzan por aparecer en los titulares y destinar la menor cantidad posible de fondos a la crisis climática.
La presencia de grandes empresas de combustibles fósiles en la COP27 es un escándalo. Se benefician de los estrechos vínculos entre los gobiernos y sus «propias» industrias de combustibles fósiles. Es una muestra más de la negativa de los dirigentes a alejarse de las «soluciones» de mercado a la crisis climática. Las empresas dicen al mundo lo ecológicas que son, mientras en privado presionan para que se sigan utilizando combustibles fósiles.
Desinterés por el calentamiento global
Los líderes se centran en evitar que otros países obtengan alguna ventaja. Su principal preocupación parece ser minimizar el gasto en sus propios países. Esto significa que los países con menos interés en que se produzca un verdadero movimiento contra el calentamiento global siempre tienen la capacidad de impedir los grandes cambios que el mundo necesita.
Esto es especialmente perjudicial para las decisiones de los dos mayores emisores del mundo, China y Estados Unidos. Su rivalidad económica es un obstáculo importante.
Es obvio que los países pobres necesitan ayuda financiera, y también obvio que no pueden pagarla. Sin embargo, los países ricos siguen negándose a ofrecer una cantidad cercana a la que se necesita para financiar las pérdidas y daños del pasado, la adaptación futura a los cambios climáticos y la mitigación de las emisiones.
Y el apoyo a la expansión del gas natural como fuente de energía se debe en gran medida a la falta de voluntad de los gobiernos para invertir en energías renovables en casa.